viernes, 23 de agosto de 2013

Mucho ruido y poca web, sonidos en las páginas

Hay un efecto (ridículo) muy utilizado en las películas cuando aparece un ordenador trabajando. Imaginaros un detective, enfrentado él solo contra un gran jefe de la mafia y atribulado por no sé que conflicto familiar,  que hace una búsqueda en un base de datos, y nada más a dar al enter un empieza a sonar un ruidito de fondo que nos da entender que la máquina está funcionando, hay quien ya ha hecho hasta una canción con todos esos sonidos.

Tiene mucho ritmo, pero como bien sabéis la mayoría son mentira, son nada más que un recurso de la película para ayudarte a entender qué es lo que esta pasando en pantalla, aunque creo que a día de hoy son totalmente innecesarios. Estoy convencido de que la mayoría de nosotros tenemos configurados nuestros equipos para que hagan los mínimos ruiditos posibles, nos hace el trabajo más relajado y los ordenadores menos invasivos. Por cierto, desde aquí un llamamiento a la yihad contra aquellos que no han quitado el sonido del teclao en sus móviles.

Pues bien , en las web está fue una lección que costó que se aprendiera. Poner sonidos o música  en tu web directamente relacionada con la navegación en la misma fue toda una moda, todos nos acordamos de esas presentaciones con música formato midi, menús con tintineos y demás efectos sonoros. El resultado normalmente era un usuario molesto buscando por la web la manera de quitar esa música de fondo, búsqueda que se convierte en frenética si el usuario está en una oficina y la música se convierte en el delator de que en vez de estar trabajando estás buscando casa rural para ir de fin de semana. Resultado final más probable, el usuario cerrará la web que es lo más fácil, adiós cliente.

Casi ya no se comete ese error, pero quedan quienes piensa que cuando un usuario entra en tu web está dispuesto pasar el resto de la tarde navegando por ella hasta encontrar lo que busca, y que además está dispuesto a aceptar a escuchar la música que le pongas.

Como mucho se puede llegar a poner un botón en el cuál el usuario haga sonar la música a voluntad, pero probablemente ese usuario tiene un equipo con no sé cuantos gigas de música, y él o ella pondrá la que le gusta cuando le dé la gana (yo ahora mismo estoy con el Sr. Stevie Wonder.), no la que tu le pongas . Música y sonidos en general en una web son, en general, tremendamente agresivos. En el diseño y navegación una palabra a tener muy en cuenta es prudencia.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy cierto Rubén, también fueron una moda (alguna vez los usé) los menús con un montón de efectos. En general menús laterales, fiesta de colores y sonidos que poco aportaban a la web y que casi hacían más difícil la navegación por lentos e incómodos.

Rubén Fernández Ardura dijo...

Sí, es lo que yo llamo en la entrada "menús con tintineos". Supongo que fue una época de excesos.